¡Ojo, salser@s! El Reino Unido sigue brindando episodios que, ni la serie 'The Crown' tenia preparadoa. Seguro que renueva más temporadas con este último embrollo. La familia real británica, ese eterno foco de fascinación y controversia, ha vuelto a colocarse en el centro de la tormenta mediática, y todo por una imagen que, para variar, ha levantado una ola de comentarios y especulaciones.
En el ojo del huracán continúa, como no, la Princesa de Gales, Kate Middleton, quien recientemente compartió en sus redes sociales una foto junto a sus hijos que no tardó en generar murmullos y miradas de incredulidad. Pero, salser@s, la trama se complica aún más con otra fotografía, utilizada para extender los deseos navideños desde la cuenta oficial de Instagram de Kate y Guillermo. Y es que, agárrense, ¡al príncipe Louis le falta un dedo! Sí, como lo oyen, en una pose que debía ser tierna y festiva, el pequeño aparece con una mano sobre la silla de su hermana, y sorprendentemente, sin su dedo corazón.
Las redes sociales estan ardiendo estos dias
Las redes sociales, siempre atentas y sin perder detalle, se convirtieron en un hervidero de comentarios y especulaciones. Entre los susurros digitales se podían leer reacciones de asombro como "Todo es photoshop, al príncipe Louis le falta un dedo, muy mala edición" o dudas razonables expresadas en mensajes como "No sé si es el ángulo de la imagen o un error de Photoshop, pero al príncipe Louis le falta un dedo".
La prensa británica, con su olfato para el escándalo, no tardó en hacerse eco de la situación, señalando que el entorno de Kate Middleton ha quedado bastante sorprendido ante el revuelo causado. La princesa, por su parte, no ha podido esconder su molestia frente a este desliz. Y es que, según fuentes cercanas, la foto fue tomada por el príncipe Guillermo, armado con una cámara Canon de 2.900 euros, momentos antes de ser compartida en Instagram para conmemorar el Día de la Madre en el Reino Unido. Sin embargo, la trama se espesa cuando agencias internacionales deciden retirar la imagen de sus servidores, al sospechar de un retoque fotográfico. Finalmente, fue la propia Kate quien salió al paso, admitiendo haber realizado la edición, un hobby que le apasiona.
Este peculiar incidente nos sirve de recordatorio sobre la importancia de la autenticidad en las redes sociales, más aún cuando se trata de personalidades que viven bajo el constante escrutinio público, como es el caso de la distinguida familia real británica.
Y ahora, queridos salser@s, me dirijo a vosotros: ¿Qué pensáis sobre este embrollo? ¿Creéis que estos deslices digitales nos alejan o nos acercan más a estas figuras que parecen intocables? No os guardéis vuestras opiniones, porque en este festín de especulaciones y revelaciones, cada susurro cuenta. ¡Hasta la próxima entrega de escándalos y sorpresas!