La gran mayoría de personalidades de la escena royal siguen un mismo patrón. Durante su juventud se convierten en la definición del espíritu libre adolescente, se escucha de fiestas, salidas desenfrenadas o controversias de todo tipo, y Carolina de Mónaco es una de estas personas que tiene una juventud un poco acelerada. Bastantes fueron los problemas que le dio al príncipe Rainiero en su momento, y resulta interesante ver que ahora está en la misma posición de su padre.
Esto se debe casi única y principalmente a su hijo menor, Pierre Casiraghi, un joven que durante su infancia no destacó demasiado. No se sabía mucho de él y tampoco hacía cosas que pudieran causar demasiada controversia, por lo cual los medios tampoco se enfocaban demasiado en él, pero la cosa cambió drásticamente cuando conoció a su compañero de crímenes, Stavros Niarchos III.
Cuando cumplió los 20, Pierre Casiraghi se entregó a la locura
El amigo del hijo de Carolina de Mónaco es hijo de un millonario griego, y es quien ha influido de manera muy marcada en Pierre Casiraghi. Stavros Niarchos III también tiene un par de controversias en su expediente, como cuando pagó a una persona sin hogar para que le dejara arrojarle una bebida, o por sus conocidos comportamientos en fiestas, comportamientos que han sido legados a su amigo Pierre Casiraghi.
Cuando cumplió los 20 años, Pierre Casiraghi tomó por meta algo que escandalizaría a su madre, pues quería superar a su amigo Stavros Niarchos III en las fiestas. No era suficiente con acompañarlo, quería hacerlo mejor que él, lo cual hizo que se le apodara como “príncipe de las fiestas”. Los años siguientes fueron un desenfreno total para Pierre Casiraghi quien no conocía límites, todo contaba, desde el alcohol hasta las drogas y cualquier elemento que pudiera elevar aún más su controversia cada vez que se acercaba a una fiesta, que era muy frecuente.
La vez que el hijo de Carolina de Mónaco “voló” en un bar
Una de las historias que más se cuentan de Pierre Casiraghi es de cuando este tenía 25 años, según publicó el New York Post, estaba reunido con algunos amigos en un bar, incluído Stavros Niarchos III y ya habían pasado varias horas desde que empezaron a beber, y el problema se produjo cuando entró en escena el empresario Adam Hock, ¿el motivo?, una botella de vodka valorada en 500 euros.
Cuando recuperó el conocimiento seguramente Pierre Casiraghi no se acordaba de nada, estaba en el hospital con múltiples golpes en el cuerpo y la mandíbula rota, no era para menos pues, aunque no recuerde lo que pasó en el bar, todos los presentes fueron testigos de ellos, y según se cuenta, todos vieron como el hijo de Carolina de Mónaco “voló de una punta del local a la otra”, presumiblemente ocasionado por iniciar una pelea con el empresario antes mencionado, algo que aunque Pierre Casiraghi no recuerde, seguramente su cuerpo sí.