Lo que tuvieron Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover pudo considerarse una historia de amor, pese a sus inicios turbios. Contrajeron matrimonio en 1999, durante un tiempo fue lo que Grace de Mónaco soñó para su primogénita. El vínculo familiar con una casa real europea cuyo linaje data de la Edad Media, uno de los apellidos más importantes de Europa. Los Hannover habían mandado en tierras inglesas hasta que la reina Victoria I falleció. Hoy en día el matrimonio está separado, y aunque lo más lógico sería firmar los papeles de divorcio, no lo hacen por un oscuro motivo.
Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover todavía están casados. Hace 24 años que se dieron el “sí”, pero solo han compartido hogar por 10 años. Luego de eso, empezaron a rehacer sus vidas por separado (sin un anuncio real de por medio). En este punto todos están enterados de su situación, que es imposible de ocultar por las constantes infidelidades del alemán. De acuerdo con el medio alemán Bunte, no hay trámites de divorcio ni un asomo de querer ir en esa dirección. Y la razón que los mantiene legalmente casados es que la descendiente de Raniero III se muestra firme por su hijo.
Carolina de Mónaco sigue casada con Ernesto de Hannover para proteger el legado de su hijo
A Ernesto Jr. y a Carolina no los une la sangre, como cabría pensar, es fruto del anterior compromiso de Ernesto con Chantal Hochuli. Su prioridad en estos últimos años ha sido mantener el poder para que Ernesto Jr. herede los títulos y residencias que le corresponden por ley. En gran medida, porque le tiene simpatía y porque ha sido de gran apoyo para Alejandra de Hannover, la única hija del matrimonio.
Como hace referencia la Ley de la Cámara de 1836, el legado le corresponde a Ernesto Jr. No obstante, para que verdaderamente sea válido, tiene que cumplir un requisito. Y sería que el príncipe diera su aprobación para el enlace de su descendiente, algo que no ocurrió ni con él ni con su siguiente hijo, Christian. La estrategia de la primogénita de Grace de Mónaco es no desligarse de Ernesto y así eliminar el hipotético escenario de que haya otro sucesor legal. De manera que no se puede casar con Claudia Stilianopoulos, la hija de Esperanza Ridruejo.
El inconveniente es que ambos hijos tienen problemas con su padre. Ernesto V tomó malas decisiones empresariales y su constante derroche de dinero en fiestas lo llevó a la ruina. Teniendo que hacer frente a sus acreedores, se le ocurrió la idea de ceder parte de sus inmuebles y bienes culturales a su hijo mayor, para su resguardo. Esto tuvo lugar entre 2004 y 2007, en 2005 su hijo empezó a vender tesoros artísticos y demás objetos familiares. Aunque pasó a mayores cuando vendió el palacio de Marienburg por no poder hacer frente a los gastos, lo que desató la ira del royal. Acto seguido, se enfrascó en una batalla judicial que perdió.
¿Podrá Carolina de Mónaco llegar a un arreglo para que Ernesto de Hannover cumpla con su deber? Ya lo sabremos.