La vida de las figuras públicas siempre ha sido objeto de escrutinio por parte de los medios de comunicación, y cuando se trata de la realeza europea, las crónicas rosas adquieren un tono especial. Tal es el caso de Carolina de Mónaco, la princesa que se convirtió en la miembro más infiel de la Familia Real monegasca.
Desde joven, Carolina de Mónaco llamó la atención por su belleza y elegancia. Aunque muchos aristócratas y miembros de Casas Reales importantes se interesaron en ella, la princesa solo tuvo ojos para el hombre equivocado. Phillipe Junot, conocido como el 'playboy' por sus múltiples relaciones amorosas, fue el primer esposo de Carolina, a pesar de ser 17 años mayor que ella.
Engañó dos veces a Carolina de Mónaco
El matrimonio de Carolina y Junot se realizó en una ceremonia en el Palacio Grimaldi en 1978. Sin embargo, la felicidad no duró mucho tiempo debido a las infidelidades de Junot, quien fue captado en compañía de una mujer atractiva llamada Giannina Faccio dos años después de su boda con la princesa. La revelación de estas imágenes provocó la expulsión de Junot de Mónaco, y el matrimonio de la princesa con el capitalista de riesgo terminó en divorcio ese mismo año.
Pero el corazón de Carolina no permaneció solo por mucho tiempo. Tras la trágica muerte de su gran amor, Stéfano Casiraghi, la princesa encontró consuelo en los brazos de Ernesto de Hannover, el marido de una de sus mejores amigas, Chantal Hochuli. A pesar de que este romance desató un gran escándalo, la pareja formalizó su relación en 1996 y tuvo una hija llamada Alexandra.
La maldición Grimaldi se ceba con Carolina de Mónaco
Sin embargo, el matrimonio de Carolina y Hannover estuvo plagado de problemas, incluyendo el abuso de alcohol y las conductas violentas del heredero de la Casa deHannover, así como las constantes infidelidades que se filtraban en los medios de comunicación. El tercer matrimonio de Carolina terminó en divorcio, dejándola sola en su residencia oficial en Mónaco Ville, donde finalmente encontró la paz que tanto había anhelado.
La 'maldición Grimaldi' ha sido una leyenda que ha perseguido a la Familia Real de Mónaco durante años, y aunque no hay evidencia de que sea real, la vida de Carolina deMónaco parece haber confirmado esta creencia popular. A pesar de su belleza y su elegancia, la princesa sufrió dos infidelidades escandalosas que terminaron en divorcio y la dejaron sola, buscando la paz en su residencia oficial.