El mundo de la realeza, siempre bajo la lupa del escrutinio público, ofrece un escenario fascinante donde el estilo, la moda y la apariencia personal a menudo se convierten en temas de conversación. Recientemente, la atención se ha centrado en Carlota Casiraghi, hija de Carolina de Mónaco, cuya presencia en un evento literario en París ha provocado una ola de especulaciones debido a un aparente cambio en su apariencia.
El pasado 26 de octubre, Carlota Casiraghi asistió a un evento literario en el hotel Ritz de París como parte de "Los encuentros literarios de la rue Cambon". En esta ocasión, compartió escenario con la escritora Maria Pourchet, la actriz Rebecca Marder (también relacionada con Chanel) y la periodista Lauren Bastide.
Para la ocasión, Carlota vistió un atuendo informal de Chanel, marca de la cual es embajadora, al igual que su madre, Carolina de Mónaco. Su look consistió en unos vaqueros y un jersey presentado en el desfile de la colección otoño-invierno 2023 de la famosa maison francesa. Este jersey, una prenda de punto fino de color negro, tenía un escote amplio, lazos en los hombros, mangas largas, corte regular y detalles florales en relieve a lo largo de la silueta, y está valorado en 2.650 euros. La sobrina de Alberto de Mónaco combinó este jersey con unos vaqueros wide leg de lavado medio, tiro alto, cinco bolsillos y cierre frontal, creando así un nuevo estilo al mezclar unos vaqueros básicos con esta prenda de punto en dos tonos.
La transformación facial de Carlota Casiraghi: detalles de su última aparición
Sin embargo, el encuentro literario en el hotel Ritz de París no solo fue una oportunidad para Carlota de mostrar su elegancia y estilo, sino también un momento en el que su rostro, libre de arrugas y líneas marcadas, captó la atención de todos. A los 37 años, la hija de Carolina de Mónaco y Stéfano Casiraghi ha sido vista en eventos anteriores con signos visibles de arrugas, líneas marcadas y ligeros endurecimiento de sus rasgos faciales. No obstante, parece que Carlota ha decidido tomar medidas para desafiar el paso del tiempo y rejuvenecer su apariencia a través de una serie de tratamientos estéticos. Se rumorea que estos incluyen procedimientos de bótox y la aplicación de hilos tensores con ácido hialurónico, estrategias que parecen haberle quitado una década de encima. Además, se especula sobre la posibilidad de haber recurrido a un retoque para realzar el tamaño de sus labios.
Visiones opuestas ante el envejecimiento
La transformación en la imagen de Carlota Casiraghi después de sus retoques estéticos contrasta notablemente con la postura de su madre, Carolina de Mónaco. La mayor de los Grimaldi, reconocida por su elegancia natural y su determinación de evitar tratamientos estéticos, ha recibido elogios por aceptar el proceso natural del envejecimiento sin recurrir a procedimientos invasivos.
Esta disparidad entre Carlota y Carolina no solo resalta diferentes enfoques hacia la belleza y el envejecimiento, sino que también refleja las complejidades y decisiones personales dentro de la esfera pública, donde la presión por mantener una imagen impecable puede chocar con la voluntad de envejecer con autenticidad y naturalidad.