A estas alturas ya es más que evidente que Carlos III tiene una peculiar forma de ser que le causa problemas a los empleados de la casa real, más que nada porque atender al nuevo rey supone toda una gran dedicación y activo esfuerzo.
Muchos de los empleados de servicio ya se han quejado de esto varias veces, pero, obviamente, no directamente ante el rey. Estos no tienen recuerdo en absoluto que la reina Isabel II tuviera gustos tan particulares a la hora de comer ni mucho menos a la hora de nada.
Había sus excepciones con la difunta reina, pero lo cierto es que Carlos III supera a muchos otros miembros de la familia real por las excentricidades que tiene. Cuando era príncipe también tenía estas “particularidades”, pero, ahora que es rey hay que darle mucha más atención.
El rey Carlos III y lo que necesita a la hora de comer, todos los días
Todos tenemos algún dulce o algún postre predilecto que debemos comer luego del desayuno, almuerzo o cena, pero lo cierto es que pocos antojos y gustos se comparan con el del rey Carlos III. Lo que él necesita luego de terminar cada comida son galletas de avena con queso. Esto es bastante normal, pero no lo siguiente.
Sus galletas no tienen que ser de una marca en particular ni nada por el estilo, sino que tienen que tener una temperatura en concreta para que el rey Carlos III las pueda disfrutar sin ningún tipo de problemas. El tema es que tienen que estar los empleados de servicio a un lado con bandejas para calentarle las galletas si pierden la temperatura que a Carlos III le gusta.
Esto supone un verdadero reto para el personal en servicio, ya que tienen que estar atentos al rey y a sus demandas, aunque no es el único gusto que tiene como exigencia. El rey Carlos III cuenta con una vianda especial en la que transporta sus 6 tipos de miel favoritos si es que necesita viajar. Luego a la hora de desayunar, lo que hace es escoger alguna en un muesli y en la fruta seca de su preferencia.
El nuevo rey de Reino Unido también tiene otras exigencias en muchos otros ámbitos
Bien sea a la hora del aseo, a la hora de vestirse o demás, el rey Carlos III también es bastante exigente con ciertas cosas. Quizás la excentricidad más grande que se le conoce al rey de forma mundial es su preferencia a la hora de viajar, ya que este tiene que llevar consigo su propio baño para hacer sus necesidad, ya que, de otra forma, es incapaz de hacer sus necesidades en otro baño.
Esto puede resultar impensable para una persona normal, pero para un rey no es más que un lujo que se puede permitir sin más, aunque claro, los que sufren son los empleados de la casa real que se dedican al servicio de Su majestad.