A más de un año de su fallecimiento, la partida de Isabel II sigue resultando atronadora para algunos en Reino Unido. Sin mucho espacio para la duda la madre de Carlos III dejó un enorme vacío en el corazón de sus seguidores y aquellos que apoyan a la monarquía. Con la ausencia de la reina se plantea una interesante cuestión, y es que una gobernante tan longeva tiene una cantidad inmensa de cosas que se pueden contar y registrar en una biografía, algo que algunos considerarán necesario dada la talla de su persona. En teoría la casa real estaría en proceso de buscar un biógrafo adecuado para la tarea, pero Carlos III se muestra en contra de que se pueda publicar dicha biografía.
Como es de esperar, el actual rey de Reino Unido sabe y ha vivido cosas con los años durante el gobierno de su madre, cosas que lejos de caprichos mundanos como llevar un retrete a todas partes o tener a un valet que le ponga la pasta de dientes en su cepillo realmente pueden dar para un tema de conversación interesante, pero parece que Carlos III está evitando (o al menos postergando) que se empiece a trabajar en las memorias de Isabel II.
Un montón de puntos delicados a tener en cuenta
Al actual rey no le gustaría que algo tan importante y sobre todo controversial se publique durante su mandato. Esto se debe por todos los temas delicados que involucran a madre e hijo, e incluso un tema que, en base a la postura que toma Carlos III, intenta ocultar todo lo posible, y serían los detalles de la relación que existía entre Isabel II y su nuera Camilla Parker-Bowles. Se ha comentado que desde un inicio la fallecida monarca no sentía ningún tipo de simpatía por la pareja de su hijo, y todo esto no sin antes pasar por el asunto más controversial: la muerte de Lady Di.
La ex esposa de Carlos III mantiene relevancia en la biografía de Isabel II porque durante sus 70 años de mandato la verdadera época de crisis para la reina fue precisamente la caída del matrimonio de su hijo. Fueron días difíciles y de los que comprensiblemente se intenta evitar desvelar todo lo posible por parte de Carlos III.
La búsqueda de un biógrafo sirve para alargar el plazo
No solo se debe tener en consideración todo aquello que debería plasmarse en una biografía, sino también debemos recordar que hay datos que muy difícilmente saldrán a la luz pública pero quedarán en la mente del biógrafo, por lo que se puede convertir en una fuga de información que el rey no está dispuesto a intentar resolver, o al menos no de momento. Por este mismo motivo se puede justificar alargar la liberación de la obra bajo la excusa de encontrar un biógrafo adecuado. Al menos en base a lo que se ha podido descubrir, Carlos III estaría buscando a alguien que forme parte de una minoría étnica, o incluso una mujer, pero solo el tiempo dirá si las memorias de Isabel II verán la luz del día durante el periodo del actual rey, o si tendremos que esperar algunos años para ello.