Desde hace meses, se han venido difundiendo rumores acerca de una posible crisis en la relación entre Meghan Markle y Harry. En este momento, su matrimonio no atraviesa su mejor fase, enfrentando dificultades que ni siquiera la presencia de sus dos hijos, Archie y Lilibet, ha logrado ocultar. Se asegura que la conexión entre ellos estaría fracturada, y la actriz ha logrado distanciar al nieto de la reina Isabel II de su propia familia. Carlos III, en su rol de padre, manifiesta preocupación y desearía tener a su hijo más cerca, especialmente ahora que ha formado una familia. Su deseo es presenciar el crecimiento de sus nietos en casa, en Londres, por lo que les ha solicitado que regresen.
La relación de los duques de Sussex ha estado bajo constante escrutinio en los últimos meses. Las tensiones en su matrimonio han sido motivo de especulación, y los informes indican que sus problemas podrían estar vinculados a desafíos profesionales, incluyendo la finalización de su contrato con Spotify. Además, se ha informado que vecinos cercanos han presenciado fuertes discusiones y altercados frecuentes en la residencia de los duques, incluso con intercambio de insultos. Los medios locales señalan que la pareja está enfrentando un período de dificultades considerable, sin resolución aparente a la vista según testimonios de vecinos. Esta alteración en la dinámica familiar ha suscitado especial atención por parte de Carlos III, quien expresa una profunda inquietud por el bienestar de Archie y Lilibet. La sombra de un posible divorcio no escapa a su atención, ya que los niños, destinados a ser parte clave en la futura línea de sucesión, podrían verse afectados de manera irreparable.
Meghan Markle y Harry podrían poner punto y final a su matrimonio
Es de conocimiento general que una separación siempre conlleva preguntas dolorosas sobre el bienestar emocional de los niños involucrados. En este caso, la situación se complica aún más debido a la intensa atención mediática que rodea a la familia. La constante exposición a escándalos y controversias podría tener un impacto profundamente perjudicial en los pequeños. A pesar de la creciente tensión, personas cercanas a la pareja afirman que el príncipe Harry está decidido a enfrentar las adversidades y preservar la unidad familiar por el bienestar de sus hijos, dispuesto a superar cualquier obstáculo para evitar que experimenten el dolor de un hogar fragmentado, algo que él mismo conoce por sus experiencias de infancia.
Mientras Harry lucha por mantener la unidad familiar, Meghan parece estar contemplando la posibilidad de un divorcio. Informes sugieren que la actriz de 'Suits' podría estar buscando una separación legal que incluiría una compensación financiera de 80 millones de dólares y la custodia completa de Archie y Lilibet. Aunque la separación definitiva aún no se ha confirmado, es evidente que ambas partes están explorando sus opciones para el futuro. A pesar de la disposición de Harry de luchar por estar cerca de sus hijos, parece inevitable un choque de voluntades. Carlos III, preocupado por el impacto de este conflicto en sus nietos, sugiere que los pequeños regresen al Reino Unido para que puedan crecer siguiendo las tradiciones de la monarquía, alejados de los escándalos que rodean a Meghan Markle en los Estados Unidos.