El ascenso a la corona de Carlos III ha sido un suceso inevitablemente controversial, partiendo de la base de que hablamos del hijo de la monarca más longeva de la historia de Reino Unido, el cambio no deja a nadie indiferente, no solo por la sucesión en sí, sino por todos los cambios dentro de la casa real que esto acarrea, y en tan solo un año ya hemos podido percibir algunas diferencias, especialmente relacionadas con el personal que se mueve entre las filas del nuevo rey.
Entre todo el personal de la casa real, hay varios cambios que han llamado la atención y es que pareciese que Carlos III está intentando acabar con todos aquellos casi confidentes de su madre, todos aquellos miembros del personal que tenían una posición cercana con Isabel II y que por algún motivo, su hijo no quiere mantener allí. Entre todos estos nombres hay uno que sobresale especialmente por sobre todos los demás, el del teniente coronel Tom White.
El presunto amante de Isabel II, fuera de la casa real
Este caballero ejerció funciones como ayudante de campo de la fallecida reina desde el año 2020. Desde entonces, a pesar de no destacar demasiado a nivel mediático, se convirtió en un elemento importante dentro de la vida y rutina de Isabel II, así como dentro de su ámbito sentimental, teorizan algunos. Tom White no se separó de la reina hasta el final de sus días hace ya más de un año, incluso un poco después ya que la última vez que registramos una aparición suya fue durante el funeral de la monarca.
Después de este suceso, se tiene constancia de que Carlos III mantuvo una audiencia con Tom White: el motivo era la renuncia de este último de su cargo como ayudante de campo, el cual ejerció durante dos años. El actual rey lo condecoró con las insignias de “Miembro de la Orden Real de Victoria”, pero luego de esto no se volvió a saber de él.
Su renuncia podría ser tomada con pinzas teniendo en cuenta el resto de acciones del actual rey respecto al personal de su madre, sin duda otra muy referenciada es Angela Kelly, quien fue asistente personal de Isabel II, y una amiga muy cercana de esas que se cuentan con los dedos de una mano.
Al igual que el teniente coronel, Carlos III se encargó de la amiga de su madre
Se tiene en registro que Isabel II podría haber considerado a Angela Kelly una hermana, la asistente fue una figura muy cercana en la vida privada de la fallecida reina más que una simple trabajadora, pero esto se convirtió en un riesgo para Carlos III ya que “sabía demasiado”. Es por esto que se ocupó de la ex asistente, quien había sido autorizada para escribir tres libros sobre su relación con la reina de los cuales había publicado dos. Luego de asignarle una propiedad muy lejos de Londres y hacerle firmar un acuerdo de confidencialidad, queda claro que ese último libro no verá la luz del día.