Los días que faltan para que finalmente ocurra la coronación de Carlos III, el próximo 6 de mayo, pueden contarse con los dedos de una mano, el evento se viene esperando desde 2022 y ya no resta nada para ver al padre de los príncipes Harry y William portando la lujosa corona de la realeza, pero en diciembre de 2022 nos enteramos de que la corona requiere unos cuantos ajustes, para ser de la talla de Carlos III, literalmente.
A diferencia de su anterior modificación, la corona será agrandada para Carlos III
La corona de San Eduardo ha formado parte de la tradición de la familia real desde que se utilizó para coronar a Carlos II, en el año 1661, y podemos verla adornando el blasón nacional de Reino Unido, adornada con turmalinas, zafiros, amatistas y topacios, entre otras piedras, tanto preciosas como semipreciosas, aparte de exhibir un color morado que por antonomasia siempre se relaciona con la realeza.
Cuando ocurrió la coronación de la fallecida Isabel II, la corona de San Eduardo fue sometida a modificaciones, se redujo su circunferencia para adecuarla a la cabeza de la reina, esta vez, Carlos III requería que la corona pasara por un aumento de su circunferencia, aparte que se le añadirían otras cuantas joyas en el proceso, todo esto se supo cuando en diciembre del año pasado el Palacio de Buckingham anunciaba que la prestigiosa y exclusiva corona había abandonado su lugar de costumbre en la Torre de Londres.
En ese momento se llevó a cabo lo que se llamó una “operación de ultra alta seguridad”, que estuvo siempre “bajo vigilancia armada”, en la cual tomaron la corona de San Eduardo y se la llevaron con el mayor secreto posible a una ubicación desconocida, en la cual el joyero oficial de la monarquía, Mark Appleby, quien trabaja en “Mappin and Webb”, ha estado realizando durante los últimos meses los cambios necesarios para que la corona se ajuste perfectamente a la cabeza de Carlos III.
Todo sigue sobre ruedas para la coronación
Como ocurre con todas las coronaciones de los reyes de Inglaterra desde el siglo XI, la de Carlos III tendrá lugar en la Abadía de Westminster, donde también será coronada la reina consorte Camilla.
Carlos III quiere que su coronación se diferencie del resto, al ser “más moderna, breve, inclusiva y barata” que el resto, pero esto no quiere decir que se perderán los rituales más importantes de la respectiva ceremonia, como lo son la sagrada unción, y la entrega a los reyes de “Las Joyas de la Corona”.
Como se ha conservado la costumbre a lo largo de cientos de años, la Corona de San Eduardo solo tendrá un fin ceremonial, pues la corona es demasiado pesada como para llevarla en otras ocasiones, a pesar de que se modificó para aliviar su peso en 1911, sigue pesando más de 2 kg, más exactamente, 2.23 kg.