A comienzos de los años 90, el nombre de Camilla Parker Bowles se hizo eco en los medios internacionales al confirmarse su vínculo extramatrimonial con el príncipe Carlos mientras este aún estaba casado con Lady Di. Aunque Camilla acabó ocupando un lugar destacado en la vida de Carlos III, no fue la única en su vida con un vínculo especial, ya que se dice que tuvo relaciones extramatrimoniales con más de diez mujeres, un secreto conocido por todos en el Palacio de Buckingham.
Según la biografía de Camilla Parker Bowles, "The Duchess: The Untold Story", escrita por Penny Junor, Lady Di descubrió la infidelidad de su futuro esposo con Camilla dos semanas antes de su boda en 1981. Como un gesto "de despedida", el príncipe Carlos envió un brazalete de lujo a todas las mujeres importantes en su vida, es decir, a todas sus amantes. Uno de estos brazaletes estaba destinado a Camilla Parker Bowles, y fue precisamente este descubrimiento lo que llevó a la princesa Diana a plantearse cancelar la boda. Sin embargo, en ese momento no comprendía que Camilla era solo una de las muchas aventuras de Carlos.
Carlos III engañó a Camilla Parker Bowles con otras mujeres
Roberto Devorik, íntimo amigo de Lady Di, reveló que la princesa del pueblo le confesó entre lágrimas que Carlos una vez le dijo: "Todos los príncipes de Gales debemos tener una amante". Desesperada, Diana decidió hablar con la reina Isabel II para poner fin a su matrimonio, pero la monarca rechazó sus preocupaciones, creyendo que exageraba sobre la importancia de Camilla. Con el tiempo, la relación entre Carlos y Diana se volvió cada vez más tensa, y los rumores de infidelidades en el palacio persistían. Diana no podía soportar compartir a su esposo con otras mujeres y finalmente, el 9 de diciembre de 1992, se anunció su separación, aunque acordaron no divorciarse. Sin embargo, Diana no pudo soportar la humillación pública cuando Carlos confirmó su infidelidad en una entrevista televisiva.
Según Rowan Pelling, editora de la revista "The Amorist", las clases aristocráticas tenían una visión flexible de la fidelidad conyugal. Si el cónyuge era infiel, tenías dos opciones: ignorarlo y ocuparte de tus propios intereses, o mantener discretamente una relación extramatrimonial. Lo que no debías hacer era quejarte, ya que eso se consideraba inmaduro. Por eso, los amigos de Carlos desaprobaban a Diana, pues consideraban sus reacciones excesivas ante la situación.