No es un secreto que la relación de Carlos III con Harry no está atravesando un buen momento. Los kilómetros que los separan no parecen conseguir que la “guerra” entre ambos y las polémicas de los medios bajen el nivel de tensión. Muchos confidentes y especialistas reales han dado alguna pista sobre cómo es el trato íntimo de padre e hijo y no parece augurar nada bueno. De hecho, hay una amenaza real que pone sobre aviso a los servicios de seguridad, la cual tiene que ver con Meghan Markle y el hijo de Lady Diana. Tal vez algunos lo vieron venir luego de los acontecimientos pasados.
Los proyectos de Meghan Markle y Harry con Netflix, las entrevistas, el libro Spare y diversos materiales sobre revelaciones del Palacio de Buckingham sentaron un precedente. Sus historias y vivencias no solo hicieron enfurecer a Carlos III, sino también a otras personalidades de Reino Unido. Hace poco, el Daily Mail publicó que distintos políticos, royals y figuras de alto rango de la monarquía le sugirieron a la pareja que no se presentara en la ceremonia de coronación.
La razón por la que los duques de Sussex no tendrían por qué volver a Inglaterra en actos tan relevantes es porque el público no siente simpatía por ellos. En realidad, la ciudadanía muestra resistencia a su presencia. Lo que podría ocasionar un gran disturbio a gran escala y representar un peligro para la seguridad de los asistentes. Por tal motivo, el servicio de seguridad se ve obligado a reforzar su personal y garantizar esfuerzos dobles a los acostumbrados.
De acuerdo con los datos presentados por el medio informativo, las entrevistas manifiestan que más del 50 % de la población cree que el príncipe debe ser excluido. Si no sabes de dónde viene tanta animadversión, sigue leyendo.
¿Por qué Meghan Markle y Harry son un fraude para la monarquía británica?
Una parte del mundo se sintió empática con aquella pareja de duques que en marzo de 2020 se retiró de sus roles por el eterno escrutinio y la misoginia que soportaban. A su vez, Harry mencionó una convivencia familiar tensa, que la prensa le recordaba constantemente la muerte de su madre cuando estaba con Markle y que las opiniones sobre la apariencia física eran insoportables. No obstante, lo más importante para ellos en ese entonces era ser independientes en el aspecto financiero y poder criar a sus hijos libremente.
El “Megxit”, término con el que apodaron su salida de la casa real, no fue lo único que causó rechazo en el país. Sería la ironía de cómo querían vivir en el anonimato y en marzo de 2020 ya habían comenzado a grabar la docuserie Harry & Meghan. Este es el ejemplo más claro de que nunca quisieron ser anónimos, solo querían controlar cómo eran percibidos públicamente. Así que cambiaron de escenario, produciendo por sí mismos su historia. Aparentemente, no querían una opinión negativa o una crítica. Así que orquestaron un acto en el que pudieran provocar más simpatía y desacreditar a la realeza.
Mientras Meghan Markle y Harry defienden su versión de “quiénes son” en realidad, Carlos III solo tiene un heredero digno y aprobado por sus súbditos.