El pasado 6 de mayo fuimos testigos de la coronación de Carlos III y su esposa Camilla Parker Bowles, quienes lucieron una apariencia esperable de la realeza, pero el tema de esta ocasión no es la coronación en sí, sino la razón por la cual los reyes gozaban de tan buena presencia, especialmente Camilla, de quien nos enteramos a finales del año pasado, se había sometido a unos cuantos tratamientos.
Toda esta información proviene de “Majesty”
De parte del autor Bertrand Meyer-Stabley, en la “Pygmalion Editions” de su libro “Majesty”, nos enterábamos del lavado de cara -y más- al que se sometía la, en su momento, reina consorte, en un intento para ganar popularidad, o por lo menos, quitarse tensiones de encima, pues es sabido que mucha gente no la reconoce como reina por el “matrimonio de tres” entre Carlos III, Lady Di y la ya mencionada Camilla, donde el primero y la última tenían todo tipo de escapadas, hasta que finalmente terminaron juntos de forma oficial, cosa que indignó a más de uno en todo el país, algo que ha sido noticia desde entonces.
Solo para empezar, Bertrand Meyer-Stabley explicaba en su libro que Camilla Parker-Bowles se sometió a un blanqueamiento y realineado de su dentadura, procedimiento que le costó unos 11.600 euros, o 10.00 libras esterlinas, todo esto solo fue el inicio de la transformación de la ahora reina, quien además, siempre según Bertrand, ocupó botox para tratar “arrugas de expresión de la frente”, la ex duquesa se habría sometido también a varios “peelings y tratamientos con láser para borrar sus patas de gallo, así como las líneas finas alrededor de sus labios, comúnmente llamadas código de barras”.
Todos estos tratamientos habrían venido como una recomendación de su esposo Carlos III, quien, ya nos podemos dar cuenta por el costo individual de los tratamientos dentales, “no habría tenido reparos en seguir las recomendaciones de sus expertos en comunicación y en animar a su esposa a mejorar su imagen para estar a la altura de los estándares que se esperan de un miembro de la familia real”, aparte de todo esto, el autor hacía un inciso explicando que en seis meses, la esposa de Carlos III había desembolsado una cantidad de dinero astronómica en el cuidado de su imagen.
Camilla Parker Bowles no solo cambió de cara, sino también de armario
Para complementar sus renovaciones faciales, Camilla también ha renovado un poco su guardarropa, como comenta también Meyer-Stabley, la esposa de Carlos III habría cambiado algunos aspectos de su vestimenta, por ejemplo, ha dejado completamente de lado sus “botas de campo rústicas y sus clásicos pantalones de tweed sin forma” a cambio de “trajes de alta costura y vestidos ajustados de Valentino”, afirma el autor. No solo la ropa hace una diferencia sino que también se nota más delgada a Camilla Parker-Bowles, después de someterse a una estricta dieta y “perder dos tallas de ropa bajo la supervisión de una reconocida dietista”.