A pesar de no formar parte de la familia real desde hace tiempo, los duques de Sussex se mantienen en la atención del público sin lugar a dudas, su vida sigue siendo relevante y el conocimiento que han demostrado tener en cuanto a la realeza los ha mantenido en el foco mediático, el ejemplo más claro de esto es cuando el príncipe Harry publicó en enero “Spare”, sus memorias en forma de libro que han puesto patas arriba a sus seguidores, y a la casa real, aunque estos mantengan el silencio en todo momento.
El bautizo de la hija del príncipe Harry y Meghan Markle da a entender algunas cosas
En marzo de 2023, tuvo lugar un evento importante para los duques de Sussex, el bautizo de su segunda hija, Lilibet Diana, una ceremonia completamente ajena a lo que pudimos presenciar cuando fue el turno de Archie, el hijo mayor de la pareja que tuvo una ceremonia royal por todo lo alto, además de haberle sido concedido el título de príncipe.
Comparativamente, el bautizo de Lilibet Diana fue algo mucho más “promedio”, un acontecimiento íntimo donde solo estuvieron presentes los elegidos por la pareja, en incluso algunos que no, pues parte de la familia real, entre ellos, el príncipe Guillermo y Kate Middleton, estuvieron invitados al bautizo, pero nadie hizo acto de presencia cuando llegó el día.
El bautizo venía seguido de incontables rumores, pero finalmente fue confirmado, no por el príncipe Harry o Meghan Markle, sino por una fuente cercana a la familia, quien declaró esto a la revista People, "Puedo confirmar que la princesa Lilibet Diana fue bautizada el viernes 3 de marzo por el arzobispo de Los Ángeles, el reverendo John Taylor".
La simple pero reservada ceremonia tuvo lugar en California, más específicamente en Montecito, lugar de residencia actual de los duques de Sussex, un poco lejos de Reino Unido, aunque es muy probable que aunque el bautizo hubiese ocurrido frente al palacio de Buckingham, nadie se hubiese presentado, sin embargo, algunas personas no se lo perdieron por nada del mundo, como Doria Ragland, madre de Meghan Markle.
Una relación familiar destrozada
Poco reparo tiene la situación actual, aunque el príncipe Harry y Meghan Markle hayan invitado a la familia real, la relación no deja de ser tensa en ningún momento, especialmente entre Camilla Parker-Bowles y la esposa del príncipe Harry, quienes nunca se han tragado, ni Camilla Parker-Bowles ni Carlos III vieron con buenos ojos a Meghan Markle, por lo que quizá su ausencia del bautizo sea lo mejor.
Razones hay muchas, el duque de Sussex además habló largo y tendido de ella en su libro, el cómo su esposa era vista hacia abajo por toda su familia por ser una “mujer americana de dos razas divorciada”, entre otras cosas que vivía tanto ella como el propio Harry, lo que les orilló a abandonar su vida royal, aunque conservan sus títulos.