Carlos, heredero de la Corona británica, quedó prendado de Camila Parker Bowles en la década de los 70 cuando el príncipe de ella en un partido de polo. Y no es de extrañar: Camila era una de las mujeres más atractivas de Inglaterra a los 20 años. Su belleza incluso fue objeto de comparación con la de la princesa Diana, su antecesora en el corazón del príncipe Carlos.
Camila Parker Bowles siempre ha sido conocida por su cabello rubio, su cara alargada y su sonrisa cautivadora. A principios de los 70, cuando el príncipe Carlos se enamoró de ella, Camila solía llevar su cabello a la altura de los hombros con flequillo y mucho volumen. Este look era muy popular en la época y era similar al que llevaban muchas celebridades de la época, como Brigitte Bardot y Jacqueline Kennedy Onassis.
Así era Camila Parker Bowles a sus 20 años
Su maquillaje también era muy característico de la época, con eyeliner marcado y pestañas XXL, lo que realzaba sus hermosos ojos. Además, Camila se vestía con vestidos palabras de honor, de tirantes y hasta con transparencias, algo que Lady Di no podía hacer debido al código de vestimenta real.
Años más tarde, después de que su romance con el príncipe Carlos fuera interrumpido por su matrimonio con la princesa Diana, Camila cambió su estilo. Comenzó a lucir un corte de pelo en capas estilo shaggy, muy parecido al de Farrah Fawcett, y un maquillaje mucho más sencillo. A pesar de los cambios, su belleza natural sigue siendo evidente.
“Siempre ha llevado un cabello muy clásico y conservador, pero a la vez ha logrado que sea atemporal, lo que resulta muy práctico para una mujer con una agenda muy densa. Con su último retoque bob se ha quitado años y se ha potenciado su actitud divertida, porque este corte tiene dos capacidades muy buenas: rejuvenece y queda bien a todo el mundo. Es decir, potencia lo mejor del rostro y es fácil de mantener”, escribía Paz Torralba, especialista de belleza de ‘The Beauty Concept’, sobre Camila.
“El caso de Camilla de Cornualles es un fiel reflejo de que la belleza es una cuestión de actitud. Ha sabido hacer de su forma de ver la vida, positiva y relajada, su atractivo más relevante. Es una mujer distinguida, pero muy calmada en el trato y creo que eso la convierte en alguien que no pasa desapercibida”, añadió la experta.