El príncipe Alberto, principal representante de la realeza monegasca, se enfrenta a una de las pruebas más difíciles de su reinado debido a escandalosas acusaciones de corrupción que salieron a la luz en 2021. Como respuesta a la creciente presión pública, Alberto ha decidido tomar cartas en el asunto, despidiendo a cercanos colaboradores señalados en esta trama de traición y deslealtad. Según ha trascendido, la monarquía monegasca ha puesto en marcha una operación de limpieza interna, denominada 'mains propres' (‘manos limpias’), para deshacerse de aquellos que han traicionado la confianza de la Corona.
En una entrevista exclusiva con el diario francés 'Le Figaro', el príncipe Alberto defendió enérgicamente su decisión, argumentando que "cuando se rompe la confianza y no se puede responder claramente a mis preguntas, hay que tomar decisiones. Mi papel es proteger las instituciones del Principado”. Cuando se le preguntó si la decisión había sido tomada en consenso con sus hermanas Carolina y Estefanía, el príncipe respondió: "Por supuesto, porque les concierne. Todo se hace consultándolas, sobre todo cuando se trata del patrimonio familiar". Sin embargo, uno de los aspectos más desconcertantes es el silencio en torno a su esposa, la princesa Charlène, quien ha sido sospechosamente excluida de las declaraciones y decisiones de Alberto, desatando un sinfín de especulaciones sobre el papel de la ex nadadora olímpica en las decisiones importantes de la corte.
Los Dossiers du Rocher: Un destape explosivo
Detrás de esta trama de traición se encuentran los infames Dossiers du Rocher (expedientes de ‘la Roca’), documentos que salieron a la luz en otoño de 2021. Estos dossiers han revelado una red de corrupción dentro del principado, arrojando luz sobre oscuros detalles de sobornos y desfalcos en el lucrativo negocio de la construcción de Mónaco, cuyo valor se estima en alrededor de 2.000 millones de euros anuales. Entre los implicados se encuentran varias personas cercanas a la Familia Real, entre ellos destacan Claude Palmero, el poderoso gestor de activos de las familias Grimaldi y Wittstock, y el abogado Thierry Lacoste, amigo de la infancia del príncipe Alberto.
Palmero: El hombre en la sombra del poder
Claude Palmero, el confidente y contable de Alberto, ocupaba un lugar privilegiado en la corte monegasca, siendo uno de los hombres más influyentes y poderosos del Principado. Sin embargo, las acusaciones han teñido su reputación y han dejado al descubierto oscuros secretos que podrían hacer tambalear el trono. A pesar de ello, Alberto respaldó a Palmero durante un tiempo, rechazando las acusaciones y defendiendo su lealtad.
La partida de Palmero del palacio no solo ha dejado un vacío en la corte, sino que también ha afectado a la princesa Charlène, quien mantenía una relación estrecha con el polémico asesor, dado que él gestionaba la fortuna de la sudafricana junto con su hermano Sean Wittstock. Además, cuando la princesa se enfrentó a un prolongado período de aislamiento en Sudáfrica debido a una enfermedad respiratoria en 2021, él se aseguró de que recibiera una atención adecuada. Su partida del cargo ha sido, sin lugar a dudas, un golpe devastador para ella.