No son pocos los matrimonios relacionados con la realeza que “presumen” de estar atravesando una crisis y durante el transcurso del año hemos escuchado numerosos casos de relaciones que podrían estar al borde del colapso, como el de los reyes de España o los duques de Sussex, que pese a ya no formar parte de la familia de Reino Unido de forma oficial han dado mucho de qué hablar. Otro caso muy mediático y que ya tiene más de un año con rumores de crisis rondando es el de los príncipes Alberto y Charlene de Mónaco.
Los príncipes de Mónaco tienen ya 12 años desde que se casaron en el año 2011, su matrimonio marcado por una diferencia de edad considerable también ha sido constante objetivo de las acusaciones de crisis en su relación. Pese a que la estadía de más de 6 meses en Sudáfrica por parte de Charlene de Mónaco dio mucho de qué hablar e incluso surgieron reportes de un presunto contrato de 12 millones de euros al año solo para que Charlene de Mónaco se mantenga como esposa del príncipe Alberto, el matrimonio de los príncipes se ha visto rodeado por la duda desde sus inicios. El comportamiento de la ex nadadora olímpica en su boda aún es motivo de análisis sobre qué sentía en ese momento.
La crisis viene desde la boda, intentos de fuga de Charlene
Algunos bautizaron a Charlene de Mónaco como “la princesa prisionera”, otros simplemente escudaban el argumento de que la emoción del momento le superaba y por ello se veía “triste”, pero la información que se divulgó antes de la boda seguramente influyó mucho en el comportamiento de la ex nadadora olímpica en aquel momento, pues presuntamente su esposo había tenido un tercer hijo fuera de su relación con ella. Por este mismo motivo Charlene de Mónaco se habría intentado fugar hasta tres veces de su vida, pero en las tres fue detenida antes de lograr fugarse por el príncipe Alberto II de Mónaco.
La primera vez fue cuando se divulgó la información. Se dice que Charlene de Mónaco se intentó refugiar en la embajada de Sudáfrica, fue tres meses antes de la boda cuando la princesa había viajado a Francia para unas pruebas relacionadas con su vestido de bodas, aunque la situación no pasó de allí. El segundo momento fue durante el Gran Premio de Mónaco, pero no se conoce nada más sobre este momento pues tampoco pasó a mayores.
Finalmente, en la tercera y última situación que conocemos, Charlene de Mónaco había reservado el vuelo a Sudáfrica y estaba lista para finalmente fugarse, pero fue detenida en el aeropuerto de Niza, momento en el que le quitaron el pasaporte para prevenir que volviera a intentar algo similar. La respuesta del principado a esta situación no fue el silencio, pero tampoco negaron nada, por lo que se entiende que siempre habrían tenido constancia de esta situación con la princesa pero han sido muy ambiguos al respecto.