La princesa Leonor es una chica de pocos amigos, o al menos es lo que dicen para no decir que realmente a la princesa le cuesta hacer amigos por su forma de ser. No es que no quiera tener amigos, es que los espantas y esto lo hemos podido ver incluso mucho antes de que estudiara en el UWC Atlantic College. La princesa tiene amigos en dicha institución como todo adolescente de su edad, pero no es que sean amigos con los que se lleve muy bien debido a su forma de ser. Son amigos más que nada por la situación de estudiantes en la que están.
Aparte de eso, la princesa Leonor tampoco conserva amigos del anterior colegio en el que estaba en Madrid. Es como si de ese lugar no se hubiera quedado con alguna buena amistad ni nada por el estilo. A esto también se le suma que siempre va con guardaespaldas a la hora de salir, lo que la ha aislado mucho.
Como sabemos, los guardaespaldas de Leonor son obra de la reina Letizia, quién los contrata para que su hija pueda estar bien sin problema alguno vaya a donde vaya, pero esto también ha afectado en las relaciones de Leonor. Es una chica de pocos amigos, pero es porque está aislada y tiene una actitud como la reina Letizia.
La forma de ser de Leonor es igual a la de su madre
Esto podríamos hablarlo durante un muy buen rato. El carácter de la reina da para hablar durante unos buenos minutos. Quién viera a la esposa de Felipe VI podría pensar que es una mujer reservada y hasta humilde, pero su verdadero carácter está plagado de prepotencia y superioridad.
Al principio no se sabía mucho, pero con el paso de los años hemos podido ver la verdadera cara de la reina Letizia, además de que su relación con la reina Sofía también ha servido para dejar en evidencia este comportamiento suyo, y tal parece que la princesa Leonor también ha heredado esta forma de ser. Es prepotente y con aires de superioridad al igual que su madre y esto le ha obligado a tener un círculo de amigos muy reducido, pero todos tienen que rendirle respeto a Leonor solo por el hecho de ser princesa.
Es comprensible, el respeto es algo que tiene que estar sea quién sea, pero Leonor lo exige en exceso. De hecho, una anécdota suya en Madrid demostraba que Leonor vivía en una burbuja de superioridad al pedirle a las niñas del colegio donde estudiaba antiguamente que le hicieran reverencia porque ella era la princesa. Si las niñas no lo hacían, Leonor se enojaba mucho y se lo decía a sus padres. Con el paso de los años esta forma de ser se ha ido incrementado y podemos decir que a día de hoy la princesa Leonor es igual que su madre la reina.