La infanta Cristina no cedió fácilmente en su postura durante el proceso de divorcio con Iñaki Urdangarin. La hermana de Felipe VI se aferraba a la idea de que aún podía reconstruir su relación con el hombre que consideraba el amor de su vida, a pesar del dolor causado por la infidelidad con Ainhoa Armentia. Tras más de dos décadas de historia juntos y cuatro hijos en común, Cristina veía su matrimonio como un vínculo indeleble que no podía romperse fácilmente. A pesar de los desafíos que surgieron desde que Urdangarin fue encarcelado por su implicación en el caso Nóos, ella seguía creyendo en la posibilidad de superar los obstáculos. Sin embargo, el ex duque de Palma optó por seguir un camino diferente, sin compartir la misma convicción en la salvación de su matrimonio.
Hoy en día, Urdangarin se muestra en público como un hombre completamente enamorado de Ainhoa Armentia, una relación que ha florecido y se ha fortalecido notablemente en los últimos dos años. La pareja parece estar más conectada y enamorada que nunca. Tras la firma de su divorcio el pasado mes de diciembre, finalmente han podido comenzar una vida juntos sin ninguna restricción. Ahora comparten un hogar con los hijos adolescentes de la abogada, creando así una nueva y emocionante dinámica familiar. Han decidido alquilar una impresionante casa en una exclusiva urbanización con opción a compra, demostrando que su situación financiera está en auge tras haber llegado a un acuerdo millonario con la hija de Juan Carlos I.
La postura de la infanta Cristina ante el matrimonio de Iñaki y Ainhoa Armentia
De hecho, en los círculos más selectos de la alta sociedad, los rumores no cesan: Iñaki Urdangarin podría estar planeando su segunda boda, esta vez con Ainhoa Armentia. El ex duque de Palma, conocido por su turbulenta historia con la justicia, parece estar considerando seriamente formalizar su relación en una ceremonia civil más discreta y sin tanto boato como en el pasado. Aunque para algunos pueda parecer un mero trámite, para la pareja es motivo de celebración y renovación de su compromiso. Sin embargo, hay una figura que no está del todo contenta con esta idea: la infanta Cristina. Lejos de desearles la felicidad, parece que prefiere que la relación llegue a su fin.
Los hijos, peones en un juego de influencias
Es por esto que, en una eventual boda, es probable que ninguno de los cuatro hijos de Iñaki esté presente. Ninguno de los hijos de la ex pareja muestra interés genuino en conocer a Ainhoa por el momento, ya que desean evitar causar más dolor a su madre, quien está pasando por un momento muy difícil debido al divorcio. Han sido testigos de lo profundamente enamorada que estaba su madre, y han presenciado sus lágrimas, lo cual es algo que no pueden pasar por alto en lo que respecta a su padre. Por esta razón, Iñaki y Ainhoa todavía tienen varios obstáculos que sortear antes de poder pronunciar el "sí, acepto".
Esta situación, teñida por los celos y los resentimientos, ha creado un ambiente cargado y complicado para todos los afectados. Los hijos de Urdangarin se ven atrapados en medio de una polémica avivada por la infanta Cristina, quien parece estar empeñada en complicarles la vida, influenciándolos para que vean a Ainhoa con desconfianza y hostilidad.