No es que sea precisamente ningún secreto que la entrada en juego de Ainhoa Armentia en la vida de Iñaki Urdangarin ha generado una serie de problemas para la familia de la infanta Cristina así cómo también de la Casa Real.
Y es que, si bien es cierto que la hermana del rey Felipe VI sabía muy bien que su relación con Iñaki no pasaba por un buen momento, cuentan que la infanta tenía muchas esperanzas en poder recuperar su relación, de ahí que al ver que Iñaki había rehecho su vida sentimental con Ainhoa que supuso un jarro de agua fría.
Pero más allá del batacazo emocional inicial, los problemas han llegado después, entre otras cosas porque las negociaciones en todo lo que refiere al divorcio están siendo más complicadas de lo debido.
Y es que parece ser que Iñaki está reclamando unas cantidades económicas que la infanta Cristina no está dispuesto a aceptar, aunque todo apunta a que la hermana del rey Felipe va a hacer va acabar claudicando en este sentido aconsejada por su padre, que lo último que quiere es que Urdangarin genere más problemas.
La relación de su padre con Ainhoa Armentia no le ha sentado nada bien a Irene
Pero más allá de los problemas económicos y de la tensa relación actual entre Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, la entrada un juego de Ainhoa Armentia ha supuesto también un verdadero dolor de cabeza, especialmente alrededor de la figura de la hija pequeña, Irene Urdangarin.
Es de sobra conocido que Irene es la que peor he llevado todo el proceso de separación, de ahí que no sean pocos los que culpen a Ainhoa de ser una mujer que ha desestabilizado a la hija pequeña de la infanta Cristina en ese sentido.
Con 18 años recién cumplidos, Irene está tomando una serie de decisiones y está cambiando tanto su actitud que ya empieza a ser un motivo real de preocupación por parte de sus padres. De ahí que la infanta Cristina tenga muy claro que la principal culpable es Armentia.