Diana Spencer era una mujer que creía en el amor, no porque lo haya experimentado en carne propia, sino porque se lo hicieron creer. Suena un tanto duro y desde el comienzo vamos a decir que no somos detractores del amor, pues esto es algo muy bonito y esto es justamente lo que pensaba Lady Di mucho antes de casarse con Carlos III. Llegados a mencionar el nombre del actual rey de Reino Unido, es inevitable hacernos esta pregunta: ¿por qué Lady Di tomó la decisión de casarse con un hombre un tanto problemático dado el historial que tenía?
Ya lo hemos dicho, Carlos III no era ningún santo y es por esto que a día de hoy no tiene mucha popularidad entre su pueblo como soberano. De igual forma, su actual esposa no goza de la misma popularidad y es tan querida como odiada a partes iguales, pues ella supuso el “cuerno” que tuvo que soportar Lady Di durante sus años como esposa. Lady Di tuvo que haber sido capaz de ver lo que pasaría con Carlos III y Camilla Parker-Bowles, pero no fue algo que hizo y terminó casándose con el actual rey de Reino Unido, algo que le derivaría en unos años un tanto crudos, y todo esto debido a esta adicción.
Lady Di era una adicta a las novelas románticas
Como mencionamos hace unas líneas atrás, Lady Di creía en el amor, pero no porque lo haya vivido ella misma, sino porque vio cómo otros lo vivían. Era muy fanática a las novelas románticas, de hecho, era su género favorito y mucho antes de ser una adulta esto era así. No podía dejar de leer novelas del estilo y por eso creía en lo típico, en un “príncipe azul”.
Muchos concuerdan entonces que para ella su príncipe azul era Carlos III, aunque sabemos al mismo tiempo y con los meses de relación, muchos cercanos a la princesa llegaron a pensar que quizás esta no estaba enamorada de verdad, sino que pensaba estarlo. Su adicción por las novelas románticas habrían provocado esto, y, de hecho, las novelas que consumía eran en su mayoría de Barbara Cartland, en cuyas novelas siempre había un final feliz.
Quizás Lady Di pensó que debido a esto su relación con Carlos IIIde igual forma tendría un buen desenlace y le haría vivir ese final feliz que tanto suceden en las novelas románticas que leía. Sabemos que no fue así, pues conforme fue pasando el tiempo, el hijo de Isabel II no hizo más que serle infiel a una de las princesas más queridas de la historia contemporánea.
En parte es debido a esto que Carlos III aún no recibe el perdón de muchos en su pueblo, y es que le fue infiel y de las peores formas a una de las mujeres más queridas del reino y que hizo tanto por el mismo que no hizo más que convertirse en un ícono. Para muchos era la reina perfecta, algo que dista mucho de la opinión que tienen de Camilla Parker-Bowles, la actual reina.