Todo el mundo sabe que la infanta Elena es una mujer sencilla, la cual está alejada de polémicas a diferencia de sus hijos, los cuales están viviendo bajo la vista del foco mediático debido a la forma en la que son y a la vida que llevan (aunque hoy en día es Victoria Federica la que más llama la atención por llevar su vida de influencer y estar de fiesta en fiesta en Madrid).
Sin embargo, si tuviéramos que hablar de alguna adicción que tuviera la infanta Elena, lo más lógico sería hablar sobre su amor hacia el mundo equino. Los caballos y las carreras siempre han sido algo que ha provocado un brillo extraño en los ojos de la hija favorita de Juan Carlos I. Esta ha estado muy involucrada en este mundo y se ha dejado una buena cantidad de dinero en tener caballos y en mantenerlos, algo que no es precisamente barato.
Aún así, el día de hoy no queremos hablar precisamente de este gusto que tiene la infanta Elena, sino más bien de una adicción que tuvo cuando tenía 27 años (y se sabe que todavía sufre de esta adicción) y que ocultaba de sus padres, los reyes Juan Carlos I y Sofía de Grecia.
La infanta Elena era una adicta a las compras de la teletienda
Ser de la familia real implica gozar de privilegios que nunca tendrán otras personas en el mundo, aunque también implica tener dinero que muchos nunca tendrán durante toda su vida. Justamente, la infanta Elena podía gozar de este dinero por el privilegio de ser la hermana del príncipe Felipe VI y la hija de un rey, aunque en realidad también gozaba con el privilegio de ser la hija favorita del rey.
A sus 27 años, la infanta Elena se volvió muy adicta a algo en específico, y es que la hermana del entonces príncipe de Asturias era una compradora compulsiva de la teletienda. Todo tipo de producto que veía lo compraba, ya que de forma inmediata su cerebro le decía que lo necesitaba, y aunque compraba todo tipo de productos, lo cierto es que la infanta Elena era mucho más propensa por comprar productos adelgazantes o que prometieran una figura más fina sin necesidad de mucho.
Todas las noches compraba algo distinto, pero no era como si solo comprara un solo producto y ya, sino que la hija de Juan Carlos I compraba más de un producto por noche. Si pasaban 20 productos a través de la teletienda, esta era capaz de comprarlos todos. Sin embargo, obviamente, no podía recibir sus comprar en Zarzuela ya que eso implicaba explicarle a sus padres en qué se gastaba el dinero, y no era una opción, por lo que esta tenía contactos afuera,sus amigos, los hermanos Álvaro y Ricky Fuster, quiénes recibían las compras y luego se encargaban de hacérselas llegar a la infanta, la cual se gastaba una fortuna en la teletienda.