Juan Carlos I ha sido distanciado de las funciones oficiales, pero mantiene estrechos lazos con su familia, a excepción de Letizia, Leonor, y Sofía. El rey emérito cubre todos los costes asociados a sus seis nietos restantes, mientras que los reyes prefieren no involucrar al exmonarca en la vida de sus hijas. Son Felipe y Letizia quienes sufragan los gastos de la princesa y la infanta con su propio salario. El esposo de la reina Sofía siempre ha priorizado la educación y el apoyo económico de los hijos de la infanta Elena y la infanta Cristina, incluyendo asumir los costos asociados a Iñaki Urdangarin tras su separación.
Juan Carlos muestra un especial afecto por los hijos de sus hijas, demostrando su devoción por sus nietos. Cada vez que visita España, se asegura de pasar tiempo con ellos, y ellos también le visitan en Abu Dabi, donde ha residido desde agosto de 2020, aunque sus visitas a España son cada vez más habituales.
Juan Carlos mantiene a sus nietos desde que nacieron
El rey emérito cuida y guía a sus seis nietos, manteniéndolos bajo una cuidadosa supervisión. Silvia Taulés, en su libro ‘Los sobrinos del Rey’, menciona que estos nietos aspiran a una vida normal, un objetivo difícil de alcanzar debido a su posición. A pesar de los beneficios de pertenecer a la realeza, también enfrentan desafíos significativos, llevando una carga que les acompañará siempre.
Juan Carlos ha sido generoso en sus aportes financieros hacia sus nietos, incluyendo gastos en regalos, viajes y hoteles desde 2020. La infanta Elena, por ejemplo, adquirió dos caballos para Victoria Federica con fondos que llevaron a investigaciones de blanqueo a Nicolás Murga, cercano colaborador del rey emérito. Juan Carlos no solo ha financiado el carnet de conducir de cada uno de sus nietos, sino que también les ha comprado el coche de sus sueños tras aprobar el examen, además de cubrir los costos de su educación desde su nacimiento, asegurándose de que, aunque busquen la normalidad, su formación no ha sido en entornos ordinarios.